Resulta que este viejito tenía una tos de esas latosas que no se quita y una amistad le sugirió que tomara gasolina. Pues Chen Dejun se aventó unos sorbos del combustible y dice que sus problemas mejoraron así que empezó a tomar gasolina.
De eso ya tiene más de 40 años tomando religiosamente sus vasitos de gasolina. Lógico este hábito ya convertido en adicción a preocupado a su familia que le insistió mucho para que Chen la dejara. Y Chen la dejo… a su familia y se fue a vivir solo en las montañas. Siempre acompañado de su galón de gasolina.
Los médicos ya han ido a revisar a Chen en varias ocasiones y están asombrados de que el viejito goce de buena salud. Aunque si se nota flaco. Y deducen que a desarrollado una resistencia a la gasolina. Y pues claro pues como se explica semejante adicción.
No me puedo imaginar lo que sucedería si este viejito se echara un gas cercas de una flama…
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