los doctores se dieron cuenta de su obsesión y ya no quisieron operarla mas. Hang después de mucho buscar encontró a una persona que accedió a inyectarle silicona en el rostro. Pero aun así a Hang no le bastaba. así que consiguió una jeringa especial y se empezó a inyectar ella misma.
Cuando se quedo sin silicona decidió inyectarse aceite de cocina lo que le provoca una violenta reacción en su rostro. de tal manera que ahora ni sus propios padres la pueden reconocer. Hang ahora se dedica a dar su testimonio en programas de televisión y radio para alertar a las personas. y busca crear conciencia sobre la adicción hacia la apariencia externa.
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