En China se les da un intenso curso a las mujeres que aspiran a ser azafatas. No solo deben practicar como saludar con cortesía a los viajeros. Deben sonreír por muchos minutos y para que los músculos faciales se acostumbren a sonreír las hacen tener algún objeto entre los dientes por mucho tiempo.
Tienen que practicar como sentarse, arrodillarse, caminar. Como practicar distintas frases para atender a los turistas. Todo ante la supervisor estricta. El uso de hojas de papel que ponen entre las piernas para que aprendan a tener bien juntas las piernas o un libro arriba de la cabeza para que la mantengan siempre derecha son ejercicios cotidianos, con tal de obtener la perfección.
Muchas aspirantes son eliminadas pues el curso es estricto y los profesores muy exigentes.
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