Existe un festival en Japón. Donde los niños son llevados por sus madres para que los hagan llorar. Se tiene la creencia de que al llorar los malos espíritus se alejan de ellos. Y los niños crecen más sanos.
Claro que los niños no van a llorar sin más. Un luchador de sumo los lleva ante un juez el cual se coloca una máscara con aspecto feo para asustarlos. El niño o niña que más llora es declarado ganador.
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